Entre parques eólicos y restos prehistóricos

NOTICIA COPIADA DE LA TRIBUNA DE ALBACETE

Entre parques eólicos y restos prehistóricos

12/05/2015

La undécima ruta senderista organizada por la Diputación atravesó los yacimientos arqueológicos de Las Morras de Pozo Cañada

Pozo Cañada acogió este fin de semana la undécima ruta del programa provincial de senderismo, que organiza la Diputación de Albacete. El recorrido, denominado Ruta de las Morras, fue de dificultad técnica media-baja, con una distancia de 18,85 kilómetros  y aproximadamente cinco horas de duración.

Comenzaba el día soleado y caluroso en Pozo Cañada, que debe su nombre al emplazamiento de un antiguo pozo en la misma orilla de la Cañada Murciana, una vía pecuaria utilizada por los ganaderos de La Mesta en su peregrinación anual en busca de pastos. La aparición de este pozo dio lugar a la instalación de un pequeño núcleo de casas, que con el tiempo se fueron ampliando y dieron origen a la población.

Los 50 participantes tuvieron Cerrolobo, pedanía de Albacete, como punto de partida. Pascual Valls, miembro del Centro Excursionista de Albacete y vecino de Pozo Cañada, era el encargado de indicar el recorrido y explicar los parajes que atravesaba la ruta.
Según explican los participantes, en dirección sur para bordear la Sierra de Ontafia, el paisaje no podía ser más colorido: el verde de los campos de cereal, junto a gran cantidad de flores silvestres  y el cielo azul, hacían presagiar bellas vistas. También atravesaron algo de monte y grandes cultivos de almendras, que abundan en la zona.
La siguiente parada, en el borde de la sierra de Ontalafia, fue la finca de Buenavista, de regadío con unos campos extensos y verdes muy atractivos. De allí giraron hacia la laguna de Ontalafia, por el camino de la Nava de Abajo. Poco antes de llegar, el Ayuntamiento de Pozo Cañada había preparado un temtempié.
La laguna está vallada ya que es particular, aunque se oía el bullicio de las aves que por allí andaban tras el carrizo. A partir de aquí ya el calor se hacía notar.

Yacimientos. Después atravesaron la finca de Las Encebras, importante, ya no solo por su extensión, 700 hectáreas, sino por el modo ecológico de sus cultivos.
A partir de ahí, llegó el primer plato fuerte: la subida a Las Morras, al comienzo de la sierra del Chortal. En La Mancha los yacimientos conocidos con el nombre de morras o motillas constituyen uno de los tipos más singulares de asentamientos prehistóricos de la Península Ibérica. El área de Pozo Cañada es una zona arqueológica bien conocida, gracias a diversos hallazgos casuales o bien a los descubrimientos llevados a cabo en la primera mitad del siglo XX.
La primera que pasaron fue la Morra del Chortal, a algo más de 1.000 metros de altura, con lo cual la pendiente era considerable. El esfuerzo fue importante, mucho más para Emilio, invidente que participó en la ruta y que la realizó valientemente, con la ayuda de Pascual.
Una vez arriba las vistas eran espectaculares. «Nos recreamos un rato» y comenzó el descenso hasta la Morra de  Mercadillos, unos 100 metros más abajo, otro yacimiento donde se encontraron restos prehistóricos y que fueron expoliados causando un gran destrozo.
Ya el calor era importante y la única sombra la de los aerogeneradores de la zona. Sólo quedaba descender hasta Pozo Cañada, cruzando por un puente la autovía y entrando por la antigua cementera que tanto trabajo dio al municipio.
Una vez allí punto y final a la ruta y ajoaceite con pata de gorrino y chuletas de corderos para reponer fuerzas.